LA REALIDAD- UN CONSTRUCTO

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En situaciones no catastróficas y de calma relativa, la realidad es un
constructo discursivo; esto quiere decir que los datos «objetivos» que
proporciona la realidad pueden ser seleccionados y acomodados de infinitas
formas subjetivas. Se puede, por ejemplo, hacer el diagnóstico pesimista de
una sociedad a partir de la nota roja de los periódicos, o un diagnóstico
optimista a partir de la sección de sociales. También se puede deducir la
realidad social de la programación de los canales televisivos, de los
noticieros oficiales, de las declaraciones de los políticos o de las cifras de
los economistas. Algunos podrán sacar conclusiones acerca del tipo de
sociedad en que viven en respuesta a haber sido injustamente agredidos por
un gendarme o, simplemente, por un estado de mal humor.


Si la «realidad» existe, ciertamente no es posible captarla como un todo. Al
común de la gente no le queda más remedio que construirse una realidad a
la medida de sus experiencias (y neurosis) particulares. A un paranoico no
le costará ningún esfuerzo fundamentar sus temores: la realidad da para eso
y mucho más; pero también es cierto que es aún posible para muchos,
aunque no para todos, censurar en sus conciencias las monstruosidades
cotidianas…siempre y cuando sucedan en la piel de los otros.


Eduardo Cohen. Hacia un arte existencial. Reflexiones de un pintor
expresionista, p.126. UNAM, México, 1993.