Introducción al libro Eduardo Cohen.

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En los últimos meses de su vida, entre 1994-95, en los momentos de calma que le permite la enfermedad, Eduardo Cohen hace del óleo una manera de recobrar sus ánimos de vivir; en Cohen la pintura es una intensidad, un arrojo que se permite. De pronto pierde la vista, luego la recupera y toma los pinceles para concretar un trabajo sin par en donde hay que robarle unos minutos más a la existencia. Vistos esos cuadros después de los hechos dolorosos que les sucedieron, lo que queda es una manifestación de agitaciones, de persistencias y de dolor. Cohen se afirmaba en esa negatividad, esa rebeldía que lo hicieron uno de los grandes artistas de este siglo XX mexicano y uno de los mayores dibujantes de este continente del que tanto descreía Borges.

Andrés de Luna. Introducción al libro Eduardo Cohen. Los propósitos de la mirada 1939-1995, p.56, UNAM, México, 1997.