Mi papá Eduardo Cohen

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Me llamo Moisés Cohen y soy el hijo mayor de Eduardo Cohen y Esther Shabot. Tengo dos hermanos, Leo y Sari. Voy a platicarles algunos recuerdos importantes que para mí  pueden ilustrar la historia, la personalidad de mi padre y del pintor a quien amo y admiro.

Mi papá nació en 1939, era el octavo hijo de diez. Su familia era pobre y se tuvieron que mudar varias veces de casa porque no terminaban de pagar la renta.

En la escuela, cuando tenía 10 u 11 años estaba haciendo dibujos mientras el maestro estaba dando su clase. Al pasar junto a mi papá el maestro le dice a todos: “mientras nosotros estamos estudiando miren ustedes lo que hace Cohen” levantando su dibujo y mostrándolo ante toda la clase, poniéndolo en ridículo frente a sus compañeros. Esta historia marca el inicio de su trayectoria como pintor, a él le importaba más dibujar que oír a un maestro que no era empático ni capaz de ser un buen educador.

En primero de comercio, a los 13 años, mi papá se enferma de tifoidea. Se queda en su casa un par de meses y al final del año reprueba. Sale de la escuela y empieza a trabajar a esa edad como cargador en una bodega con su cuñado. A los 17 años entra a la escuela de San Carlos para aprender y dedicarse a pintar en un futuro. Ahí conoce a su amigo Jorge Saldívar, con el cual tuvo una amistad muy cercana por 38 años. Cuando tenía 15 años se une a una empresa fabricante de ropa femenina fundada por Pepe, su hermano mayor y entra también su hermano Beto, que es dos años más grande que él. Se casa a los 24 años con mi mamá y yo nazco cuando él tenía 25.

Mi papá fue un gran autodidacta. Leía muchas novelas y ensayos de sociología, de ciencias políticas, de historia, de filosofía y de psicoanálisis. Escribía muy bien, su libro publicado algunos años antes de su muerte se tituló “Hacia un arte existencial, reflexiones de un pintor expresionista”, editado por la UNAM, el cual yo disfruté mucho. Debido a su influencia yo estudié Psicología y Filosofía en la universidad de Tel Aviv y al regresar a México varias veces conversamos sobre temas relacionados con estas dos carreras.

Una parte muy importante de su vida que me incluye a mí y a Leo (mi hermano) fue su pasión por el fútbol. Cuando Leo y yo éramos niños íbamos todos los domingos al parque de Lope de Vega a jugar fútbol con mi papá, él jugaba dos veces por semana fútbol de salón y lo disfrutaba mucho. Cuando éramos adolescentes jugamos muchas veces con él en Cuernavaca. Él era el único adulto que jugaba con nosotros y era un líder de su equipo, más adelante, cuando Leo y yo fuimos adultos, hicimos un equipo con mi papá y con varios amigos para entrar a un torneo  y para mí fue una gran experiencia compartir con ambos esta pasión que siguió construyendo un vínculo cálido y cercano entre nosotros.

Mi papá se retiró de la empresa que tenía con sus hermanos a sus 34 años y, aunque pintaba desde varios años atrás, se dedicó solo a seguir pintando y a dar clases de pintura. Fue un gran pintor expresionista y un maestro muy querido y respetado por sus alumnos. Hizo una gran cantidad de exposiciones en México y en el extranjero. Curiosamente nunca le interesó mucho vender sus cuadros. Para él la pintura era una pasión que le daba sentido a su vida, sin importar si compraban sus cuadros o no.

Siempre tuvo un gran sentido del humor que compartió con mi mamá y que yo heredé, al igual que mis hermanos. Pienso que ese sentido del humor también se infiltraba en sus cuadros, el cual daba a sus personajes una apariencia llamativa y elocuente, como una vertiente del expresionismo.

A los 48 años tuvo cáncer de próstata. En aquellos tiempos era poco probable que los hombres se hicieran análisis previos y resultó que el cáncer se empezó a expandir y las metástasis provocaron que muriera a los 55 años. Yo actualmente tengo 53 y lloro seguido, acordándome de él bajo la sombra que me atemoriza, ya que en dos años voy a tener la edad en la que él murió.

Mi papá pintó aproximadamente 3 000 obras. Dibujos, pasteles, óleos y tintas. Una pequeña parte de ellos van a aparecer en su página y este proyecto realizado por mi mamá y por mí consistió en fotografiar todas sus obras, transferirlas a un programa llamado Lightroom y subirlas a internet, además de publicar su biografía, escribir blogs sobre su vida y sus obras.

Para mí este proyecto me conmueve pensando que estoy reparando una parte de su vida como artista y como padre, además me trae muchos recuerdos que me hacen derramar lágrimas de manera cotidiana. Me interesa mucho que el público conozca sus obras y lea los blogs que aparecen en su página para conocer su vida y sus emociones, que contemplen sus pinturas, que experimenten asombro y perciban su alegría y su dolor que se mezclan en su estilo expresionista. Para mí, esto que he hecho junto con mi mamá, es una especie de curación al regresarle a mi papá una pequeña porción de actos dedicados a darle brillo a su obra y a su posición de pintor, además de haber sido un padre inteligente, cariñoso, sensible y empático.

Sigo pensando que él me dio a mí mucho más de lo que yo le he dado.

 

Moisés Cohen.