Archivo de la etiqueta: obra

Los propósitos de la mirada

Lo interesante en Eduardo Cohen es que llega a la risa por medio de la
ironía; él detesta la broma superficial, la bobería televisiva o
cinematográfica; lo que él integra a sus creaciones es la modernidad de esa
altísima forma de conciencia que es la actitud irónica.
Eduardo Cohen fue un ironista finísimo, con su lápiz o sus plumillas era
capaz de sumergirse en la tontería mundana y sacar, como lo hacen los
buzos, los restos del naufragio. Sus personajes están instalados en el
descrédito del humor, en la risa sardónica que nos devuelve una realidad
cruel. Cohen lejos de refocilarse con la vacuidad del mundo, se muestra
dolido por ella. Lo que hace es mostrarla para que la combatamos, para que
sepamos que existe…

Andrés de Luna. Los propósitos de la mirada. UNAM, p. 26, 1997.

Óleo 48

Reflexiones de un pintor expresionista

Lo que hace que el arte sea algo más que un producto de las circunstancias sociales es el componente de la obra no programado deliberadamente. Todo artista se expresa siempre en dos niveles: uno, el de la conciencia; en este nivel su ubicación social, su formación académica, tanto como su ideología influyen en los resultados. Sin embargo, en un segundo nivel, el de la inconsciencia, actúan un conjunto de impulsos cuya matriz es un deseo arcaico remotamente localizable.

Las más inexplicables intuiciones del genio y del poeta nada se aclaran a través de los esquemas explicativos de la sociología y aun de la misma psicología, pues aquéllas son precisamente lo impredecible.

Eduardo Cohen. Hacia un arte existencial. Reflexiones de un pintor expresionista, p. 153. Universidad Nacional Autónoma de México, 1993

Hacia un arte existencial

Cada uno de nosotros recoge en las cosas lo que nos permite ser lo que
somos; pero también lo que vemos en las cosas depende de lo que somos.
Cuando vemos a alguien o a algo no sólo añadimos un nuevo saber sobre el
mundo, sino sobre todo, descubrimos una parte desconocida de nosotros
mismos.
Cada nueva relación nos recrea y pone al descubierto parte de lo que somos
para bien y para mal. De hecho, amamos a quien nos permite ser del modo
que más nos gustamos, y odiamos a aquel que hace emerger, de lo que
somos, la peor parte, aquella que preferiríamos se mantuviera en las
sombras.
Eduardo Cohen
Hacia un arte existencial.


Reflexiones de un pintor expresionista, p.88.
UNAM, México, 1993.

PERSPECTIVAS DE EDUARDO COHEN SOBRE SU QUEHACER ARTÍSTICO, SEGÚN SUS PROPIAS PALABRAS

 

Yo, como artista, como dibujante figurativo, trato de confeccionar con mi trabajo un mundo a todas luces falso, donde los personajes y la escenografía tienden constantemente a escapar de las reglas de la lógica y de la verdad institucional. Es decir, en mis dibujos se efectúa una especie de fuga de la realidad (o de lo que llamamos realidad). Y no es cierto que con esto pretenda alcanzar una verdad absoluta que trascienda nuestra vulgar cotidianidad.
Confieso que me basta con asistir, entre curioso y asombrado, al surgimiento lento de escenas y personajes que van asomándose imprevisiblemente hasta instalarse en la superficie del papel; seres -como yo- resignados a poblar gratuitamente, un mundo absurdo.
Eduardo Cohen, fragmento de su texto para el catálogo de la exposición «De máscaras y situaciones», Galería Misrachi, México, 1977.

Eduardo Cohen (Pintor)

El crítico de arte, Andrés de Luna, escribió sobre Eduardo Cohen:

«Durante los últimos meses de su vida, entre 1994 y 1995, en los momentos de calma que le permite la enfermedad, Eduardo hace del óleo una manera de recobrar sus ánimos de vivir; en Cohen la pintura es una intensidad, un arrojo que se permite. De pronto pierde la vista, luego la recupera y toma los pinceles para concretar un trabajo sin par en donde hay que robarle unos minutos más a la existencia. Vistos estos cuadros después de los hechos dolorosos que les precedieron, lo que queda es una manifestación de agitaciones, de persistencias y de dolor. Cohen se afirmaba en esa negatividad, rebeldía que lo hizo uno de los grandes artistas de este siglo mexicano y uno de los mayores dibujantes de este continente del que tanto descreía Borges.»

   Andrés de Luna, en Eduardo Cohen 1939-1995.

Los propósitos de la mirada. UNAM, México, 1997.