“Los propósitos de la mirada”

El caso de Eduardo Cohen nos enfrenta con un artista que desarrolló su talento al margen de los círculos institucionales y que, con razón, se consideró a sí mismo un outsider, en la medida en que no participaba en el gran circo publicitario del arte… fue alguien que producía sin importarle el mundo de las galerías o de la cultura institucionalizada de nuestro país.

En esa dirección fue un anarca en los términos en que Ernst Junger define esta posición: aquél que conserva sus valores intactos no obstante los embates de la historia o de la realidad cotidiana.


Fragmento del texto de Roberto Vallarino en “Los propósitos de la mirada”
Eduardo Cohen 1939-1995, p. 155. UNAM, México, 1997.

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