Hacia un arte existencial. Reflexiones de un pinto

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La risa circula en nuestro organismo como un flujo vital, y si éste se detiene queda paralizado nuestro apetito por la vida. Sólo nuestra risa nos puede reconciliar con el eventual drama de nuestras vidas. Pero para reír es necesario poner bajo la perspectiva de lo infinito la ridícula finitud de nuestras cuitas. Bajo esta luz, aun la muerte puede aparecer quizás menos lúgubre y trágica. Lo cierto es que nadie que aún ría puede jamás causar lástima…poder ver en las cosas su lado cómico es dar a nuestra mirada un sentido creativo. La lectura irónica de los objetos puede resultar una de las más sugestivas y reveladoras.

Eduardo Cohen.

Hacia un arte existencial. Reflexiones de un pintor expresionista, p. 84, UNAM, México, 1993.